REVISTA DE INGENIERIA DYNA

Además, mantiene la clasificación SJR para las revistas científicas, basado en las citas que de sus artículos se producen por autores en otras publicaciones, en la categoría de éstas y en otros conceptos analíticos apropiados.

En el “ranking” que SCImago ofrece para el año 2017, España figura en 11ª posición, con 90.082 artículos publicados, de los que 81.416 los considera citables por su nivel y características. Estos documentos han generado 59.523 citas totales, de las cuales 16.806 (28%) eran auto-citas, es decir las realizadas por los propios autores de sus propios artículos anteriores. Eso supone que los artículos “citables” han tenido 0,73 citas por artículo, datos que si los comparamos con un país europeo y científicamente puntero, como Alemania, éste tiene un 35% de auto-citas y 0,81 citas por artículo “citable”.

Al haber aparecido con fecha reciente (3 de enero de 2019) y en estas mismas ÚLTIMAS NOTICIAS, una titulada LAS PATENTES Y EL IMPULSO HACIA LA INNOVACIÓN, hemos acudido a las informaciones disponible, por ejemplo, en la Oficina Europea de Patentes (EPO) y en sus datos sobre patentes concedidas en el mismo año 2017. No ofrece un “ranking” por países, pero los datos de España, 805 patentes, contrastan con los de otros países europeos, como Alemania (18.813), Francia (7.325) o Italia (3.111); y no digamos con los de EE.UU. (24.960) o Japón (17.660).

La Oficina de Patentes de EE.UU., USPTO, sí ofrece un ranking para 2017. En él, España figura en 23ª posición con 467 patentes, y, respectivamente Alemania (17.356), Francia (6.919) e Italia (2.466). Lo mismo EE.UU. (180.549) o Japón (38.096) destacan a gran distancia. No hemos considerado a China por sus características que distorsionan toda comparación.
¿Tiene algún significado práctico la diferencia entre las informaciones obtenidas de nuestra participación en la difusión investigadora técnica o científica y las patentes concedidas? Dejamos la opinión a nuestros lectores.